Tarot Egipcio

El tarot egipcio evoca una combinación de diversas artes adivinatorias, especialmente la astrología, la numerología o incluso la visualización. La riqueza de las láminas del tarot egipcio es de las más interesantes en la medida que la dimensión esotérica de los símbolos está reforzada por la presencia de jeroglíficos.

El tarot egipcio comporta 22 láminas:

• 7 láminas positivas (Nil, Mammisi, Harpocrates, Anouket, Nout, Constellation, Bennou)
• 7 láminas negativas (Sekhmet, Sobek, Armée, Akerou, Apopis)
• 7 láminas neutras (Mastaba, Nefertiti, Hatshepsout, Scribe, Akhenaton, Ba-Ka, Sycomore)
• 3 láminas que evocan el destino. (Pyramide, Naos, Croix de vie).

Los orígenes del tarot egipcio son inciertos. Algunos ven una herencia del Antiguo Egipto. Según ellos, los primeros juegos de tarot encontrados aparecieron en Egipto, durante el periodo conocido como tolemaico. Luego, estos fueron importados a Europa por los gitanos, a los pueblos que vivían al borde del Mediterráneo, especialmente en España, Italia y Francia.

Si creemos en estos orígenes egipcios del tarot, podríamos pensar que el tarot de Marsella tiene orígenes egipcios. Sin embargo, los primeros juegos de tarot no hacen ninguna alusión a las divinidades del Antiguo Egipto, lo cual desvirtúa esta teoría. La referencia al Antiguo Egipto que se encuentran regularmente en la historia del tarot sería debido a una tendencia a la egiptomanía que habría sido puesta en evidencia desde el final del siglo XIX.

Hoy en día, 90% de los practicantes privilegian el tarot de Marsella como apoyo para la adivinación. Este ofrece una precisión sin igual que permite interpretar con precisión el futuro de consultante sobre las cuestiones más personales.